Francisco Urrea Pérez
Abordas Transmilenio.
¡Cómo me gusta ése nombre!
Son corales en su dominio,
penetrando las arterias
de la hidalga Bogotá.
La de los callenígenas.
La de Cachacos y Rolos.
y andariegas bufandas.
que se queda en cada paso.
La de ceñudos cerros
y filipichines rascacielos.
Y la vieja Bogotá de la Candelaria.
que lo sabe todo.
La encubridora con memoria.
La que conserva nuestros pasos
en sus calles empedradas.
sábanas y madrugadas.
La fría Bogotá de soles y de inviernos.
como entonces, bajo la lluvia.